Aún de madrugada. La
ciudad de Monterrey no dormía, y aún menos los competidores obstinados,
que antes de su vida preferían ganar a cualquier costo
Tal era el caso de un chico castaño y ojos esmeralda profundo, que recorría una y otra vez la pista sobre su motocicleta, reconociendo cada centímetro, piedra y peligro que esta pudiera tener; aún cuando pareciera que pronto se quedaría dormido al volante.
-¡Georg!- escuchó su nombre sorprendiéndolo haciendo que casi cayera del vehículo
-¿Qué pasa?
-Llevas horas aquí; ¿Qué no piensas dormir?
-Durmiendo no se obtienen los premios
-Con caídas tampoco. Ya vete- ordenó la mujer que; por paradójico que fuera, estaba a su cuidado por ordenes de su jefe
-Si pierdo será tu culpa
-Lo que sea, no te quiero ver hasta la carrera; ¿entendido?
-Sí mamá- respondió sarcásticamente entregándole el equipo entero y fue a su habitación caminando. Con lo que odiaba caminar…si bien era cierto que necesitaba dormir, jamás iba a ganarle a Schäfer si lo seguían interrumpiendo. Ya le había arrebatado uno de sus trofeos; y no iba a dejar que se llevara los demás de ninguna manera.
Era bueno y no lo negaba, pero no le iba a permitir ganarle. Además era muy estresante que siguiera la misma política que él: “Casco siempre puesto, rostro desconocido”. Ni siquiera sabía contra quién iba, así que bien podría pasar a su lado y no notarlo. No le agradaba para nada.
A las dos de la tarde en punto (después de su merecido descanso y volver a arreglarse) se vistió con su uniforme verde y fue directo a la línea de salida con el casco bien puesto; donde estaban a punto de arrancar; justo cuando mencionaron su nombre
-¡Listing!
Solo pudo sonreír mientras encendía la motocicleta solo para perder su ánimo al escuchar el siguiente nombre
-¡Schäfer!
El solo oír pronunciarlo hacía que sus ánimos de vencerlo fueran mucho mayores, y tomar ese premio en sus manos de nuevo; recuperarlo después del resultado del año anterior
-Suerte….
-Igual- respondió al competidor con la bandera rusa en su casco que respondía precisamente al apellido que deseaba humillar; hizo sonar el acelerador a arrancó en cuanto la pistola dio la señal, poniéndose a la cabeza en seguida; doblando en la primera curva adelantándose aún más; o al menos eso era lo que él creía.
De pronto al mirar por el espejo vio al conductor que tanto alucinaba peligrosamente cerca, a tan solo unos cuantos metros de distancia…si creía que lo iba a alcanzar, estaba muy equivocado
Apretó el acelerador lo más que pudo evadiendo el enorme bache que había a un lado y jugando con la ´potencia, brincó parte del camino apenas aterrizando bien para seguir a toda velocidad dejando al otro atrás
-Maldita sea- dijo el otro conductor; un chico rubio de ojos café y piel blanca, acelerando sabiendo que no podría igualar la pirueta del anterior, que le llevaba la delantera. Imaginaba que Listing pelearía duro, y si quería destronarlo definitivamente iba a tener que jugar su juego; y podía hacerlo, pero la pista repleta de obstáculos y baches tremendos le estaba jugando una muy mala pasada.
-Ni creas que te me vas a acercar- pensó el castaño acelerando todavía más en la última vuelta; sin importarle un comino el mundo. Había tenido a Schäfer detrás intentando rebasarlo toda la jodida carrera, y esa era la única vuelta que importaba.
-estoy cerca…un poco más…
Las esperanzas del rubio se esfumaron rápidamente al ver la motocicleta y uniforme verde estampado con el apellido “Listing” cruzar la línea final cinco segundos antes que él, dejándolo claramente en el marcador
1. Listing
2. Schäfer
Los demás no importaban. Era segundo y fuera lo que fuera, había perdido; solo había un ganador. Al menos no estaba fuera de la competencia.
“Toma eso”- pensó Georg bajo su casco al ver la tabla de posiciones y confirmar su primera victoria. La verdad es que el otro le había presentado una buena batalla, más de lo que esperaba y también estaba en la siguiente ronda
-No pensarás ponerte a entrenar ¿o sí?- preguntó la mujer a su cuidado como siempre
-Hay mucha gente; iré a quitarme el disfraz- dijo mientras andaban al pequeño taller portátil donde ella arreglaba la motocicleta y él emprendió el camino a su habitación directo a cambiarse el traje de motocross verde y arreglar su cabello, al cual el casco definitivamente no trataba de lo mejor.
Se disponía a salir nuevamente cuando alguien chocó contra el mandándolos a ambos directamente al ´piso
-¡Ay no! ¡Perdóname!- se disculpó un chico de rastas rubias que parecía tener bastante prisa
-¿Estas bien?-Preguntó al rubio que parecía algo perdido
-Si solo…me perdí-justo como lo sospechaba- y se me acaba el tiempo- respondió yendo al estacionamiento, en verdad que estaba desubicado
-¿Vas muy lejos?
-Al ruedo….
-Vamos, súbete- dijo Georg indicándole la parte trasera de una motocicleta de calle color verde-y tu nombre es…
-Tom; y ¿el tuyo?
-Georg… ¿tienes algún problema con la velocidad?
-Pues no…
-Genial, agárrate bien-respondió metiendo el acelerador hasta el fondo llegando al lugar en menos de cinco minutos, lo cual era un record tomando en cuenta la distancia y que llegaran con vida. Tom solamente pudo cerrar los ojos sujetándose lo más fuerte que podía al chico de ojos verdes que acababa de conocer
-Solo…no me cortes la respiración; llegamos-dijo el motociclista parando justo frente a la puerta
-Perdona- respondió el rubio bajando y comenzó a buscar a Bill con la mirada-Muchas gracias
-Solo no vuelvas a perderte…más si no hablas español- dijo mirándolo algo confundido- bueno; tal vez nos veamos después
-Si está bien…otra vez gracias…
-Cuando quieras. Adiós…Tom- se despidió arrancando de vuelta en un solo giro. Ya que no podía practicar; por lo menos quería comer algo y un buen trago mientras se desocupaba la pista; sin contar que el camión salía en pocas horas a la siguiente ciudad. Planeaba salir solo en su motocicleta, pero por lo que sabía, la distancia era algo pesada para recorrerla de esa forma.
-Una cerveza por favor- pidió recargándose en la barra a una mujer que pareció entender su alemán nativo
-Lo mismo- escuchó una voz suave detrás perteneciente a un rubio que hablaba el alemán de la misma manera-¿Pesada a competencia?
-Algo… ¿También compites?
-Sí claro; ¿Se nota que no soy de aquí?
-El alemán resalta- respondió Georg mirándolo sin poder evitar sonreír-¿Tu nombre?
-Gustav-dijo de la misma forma extendiendo la mano, o al menos, esforzándose por hacerlo
-Georg-contestó el gesto manteniendo en incognito total su apellido; lo cual al parecer al otro no le importó
-¿Llevas mucho tiempo aquí?
-En México; no
-Bueno; somos dos-dijo Gustav dando un trago a su bebida sintiéndose algo extraño. Era mucho más fuerte que en Alemania.
-Es bueno conocer a alguien
-Si lo creo-Concluyó revisando su reloj-no he arreglado nada para salir de aquí
-Bien; ¿nos vemos en…como se llame?
Los nombres de las ciudades nunca habían sido su fuerte, y ya que estaban en español, mucho menos.
-Guadalajara…hasta luego-se despidió el rubio saliendo del bar tomando su motocicleta de calle para volver a su habitación y tomar sus cosas dispuesto a salir a toda prisa hacia la nueva pista. Si pensaba ganarle al tal Listing, mejor que se apresurara antes de que el otro le pusiera un ojo encima al camino.
Tal era el caso de un chico castaño y ojos esmeralda profundo, que recorría una y otra vez la pista sobre su motocicleta, reconociendo cada centímetro, piedra y peligro que esta pudiera tener; aún cuando pareciera que pronto se quedaría dormido al volante.
-¡Georg!- escuchó su nombre sorprendiéndolo haciendo que casi cayera del vehículo
-¿Qué pasa?
-Llevas horas aquí; ¿Qué no piensas dormir?
-Durmiendo no se obtienen los premios
-Con caídas tampoco. Ya vete- ordenó la mujer que; por paradójico que fuera, estaba a su cuidado por ordenes de su jefe
-Si pierdo será tu culpa
-Lo que sea, no te quiero ver hasta la carrera; ¿entendido?
-Sí mamá- respondió sarcásticamente entregándole el equipo entero y fue a su habitación caminando. Con lo que odiaba caminar…si bien era cierto que necesitaba dormir, jamás iba a ganarle a Schäfer si lo seguían interrumpiendo. Ya le había arrebatado uno de sus trofeos; y no iba a dejar que se llevara los demás de ninguna manera.
Era bueno y no lo negaba, pero no le iba a permitir ganarle. Además era muy estresante que siguiera la misma política que él: “Casco siempre puesto, rostro desconocido”. Ni siquiera sabía contra quién iba, así que bien podría pasar a su lado y no notarlo. No le agradaba para nada.
A las dos de la tarde en punto (después de su merecido descanso y volver a arreglarse) se vistió con su uniforme verde y fue directo a la línea de salida con el casco bien puesto; donde estaban a punto de arrancar; justo cuando mencionaron su nombre
-¡Listing!
Solo pudo sonreír mientras encendía la motocicleta solo para perder su ánimo al escuchar el siguiente nombre
-¡Schäfer!
El solo oír pronunciarlo hacía que sus ánimos de vencerlo fueran mucho mayores, y tomar ese premio en sus manos de nuevo; recuperarlo después del resultado del año anterior
-Suerte….
-Igual- respondió al competidor con la bandera rusa en su casco que respondía precisamente al apellido que deseaba humillar; hizo sonar el acelerador a arrancó en cuanto la pistola dio la señal, poniéndose a la cabeza en seguida; doblando en la primera curva adelantándose aún más; o al menos eso era lo que él creía.
De pronto al mirar por el espejo vio al conductor que tanto alucinaba peligrosamente cerca, a tan solo unos cuantos metros de distancia…si creía que lo iba a alcanzar, estaba muy equivocado
Apretó el acelerador lo más que pudo evadiendo el enorme bache que había a un lado y jugando con la ´potencia, brincó parte del camino apenas aterrizando bien para seguir a toda velocidad dejando al otro atrás
-Maldita sea- dijo el otro conductor; un chico rubio de ojos café y piel blanca, acelerando sabiendo que no podría igualar la pirueta del anterior, que le llevaba la delantera. Imaginaba que Listing pelearía duro, y si quería destronarlo definitivamente iba a tener que jugar su juego; y podía hacerlo, pero la pista repleta de obstáculos y baches tremendos le estaba jugando una muy mala pasada.
-Ni creas que te me vas a acercar- pensó el castaño acelerando todavía más en la última vuelta; sin importarle un comino el mundo. Había tenido a Schäfer detrás intentando rebasarlo toda la jodida carrera, y esa era la única vuelta que importaba.
-estoy cerca…un poco más…
Las esperanzas del rubio se esfumaron rápidamente al ver la motocicleta y uniforme verde estampado con el apellido “Listing” cruzar la línea final cinco segundos antes que él, dejándolo claramente en el marcador
1. Listing
2. Schäfer
Los demás no importaban. Era segundo y fuera lo que fuera, había perdido; solo había un ganador. Al menos no estaba fuera de la competencia.
“Toma eso”- pensó Georg bajo su casco al ver la tabla de posiciones y confirmar su primera victoria. La verdad es que el otro le había presentado una buena batalla, más de lo que esperaba y también estaba en la siguiente ronda
-No pensarás ponerte a entrenar ¿o sí?- preguntó la mujer a su cuidado como siempre
-Hay mucha gente; iré a quitarme el disfraz- dijo mientras andaban al pequeño taller portátil donde ella arreglaba la motocicleta y él emprendió el camino a su habitación directo a cambiarse el traje de motocross verde y arreglar su cabello, al cual el casco definitivamente no trataba de lo mejor.
Se disponía a salir nuevamente cuando alguien chocó contra el mandándolos a ambos directamente al ´piso
-¡Ay no! ¡Perdóname!- se disculpó un chico de rastas rubias que parecía tener bastante prisa
-¿Estas bien?-Preguntó al rubio que parecía algo perdido
-Si solo…me perdí-justo como lo sospechaba- y se me acaba el tiempo- respondió yendo al estacionamiento, en verdad que estaba desubicado
-¿Vas muy lejos?
-Al ruedo….
-Vamos, súbete- dijo Georg indicándole la parte trasera de una motocicleta de calle color verde-y tu nombre es…
-Tom; y ¿el tuyo?
-Georg… ¿tienes algún problema con la velocidad?
-Pues no…
-Genial, agárrate bien-respondió metiendo el acelerador hasta el fondo llegando al lugar en menos de cinco minutos, lo cual era un record tomando en cuenta la distancia y que llegaran con vida. Tom solamente pudo cerrar los ojos sujetándose lo más fuerte que podía al chico de ojos verdes que acababa de conocer
-Solo…no me cortes la respiración; llegamos-dijo el motociclista parando justo frente a la puerta
-Perdona- respondió el rubio bajando y comenzó a buscar a Bill con la mirada-Muchas gracias
-Solo no vuelvas a perderte…más si no hablas español- dijo mirándolo algo confundido- bueno; tal vez nos veamos después
-Si está bien…otra vez gracias…
-Cuando quieras. Adiós…Tom- se despidió arrancando de vuelta en un solo giro. Ya que no podía practicar; por lo menos quería comer algo y un buen trago mientras se desocupaba la pista; sin contar que el camión salía en pocas horas a la siguiente ciudad. Planeaba salir solo en su motocicleta, pero por lo que sabía, la distancia era algo pesada para recorrerla de esa forma.
-Una cerveza por favor- pidió recargándose en la barra a una mujer que pareció entender su alemán nativo
-Lo mismo- escuchó una voz suave detrás perteneciente a un rubio que hablaba el alemán de la misma manera-¿Pesada a competencia?
-Algo… ¿También compites?
-Sí claro; ¿Se nota que no soy de aquí?
-El alemán resalta- respondió Georg mirándolo sin poder evitar sonreír-¿Tu nombre?
-Gustav-dijo de la misma forma extendiendo la mano, o al menos, esforzándose por hacerlo
-Georg-contestó el gesto manteniendo en incognito total su apellido; lo cual al parecer al otro no le importó
-¿Llevas mucho tiempo aquí?
-En México; no
-Bueno; somos dos-dijo Gustav dando un trago a su bebida sintiéndose algo extraño. Era mucho más fuerte que en Alemania.
-Es bueno conocer a alguien
-Si lo creo-Concluyó revisando su reloj-no he arreglado nada para salir de aquí
-Bien; ¿nos vemos en…como se llame?
Los nombres de las ciudades nunca habían sido su fuerte, y ya que estaban en español, mucho menos.
-Guadalajara…hasta luego-se despidió el rubio saliendo del bar tomando su motocicleta de calle para volver a su habitación y tomar sus cosas dispuesto a salir a toda prisa hacia la nueva pista. Si pensaba ganarle al tal Listing, mejor que se apresurara antes de que el otro le pusiera un ojo encima al camino.
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