jueves, 8 de noviembre de 2012

Torero-Capítulo 5 -Lyon,Francia pt.3


Tom protestó al escuchar su teléfono celular sonando a las cuatro de la mañana en punto. Conocía bien la obligación que tenía, pero se resistía a abandonar la calidez de su cama y suavidad de la almohada para salir a patinar al frío. Lo apagó dispuesto a ignorarlo al menos media hora más llegando tarde cuando los de sus compañeros comenzaron a sonar haciéndolo abrir los ojos de nuevo. En seguida comprendió que ni de broma podría hacer eso y se levanto aún dormitando.

Tres horas estaba muy por debajo de su promedio general de sueño, pero el tiempo con Bill lo había valido hasta el último segundo. Estaba confundido.

Se bañó a toda prisa con el agua más fría que tibia y pronto estuvo con los demás hablando con Alexander; quién les explicaba una nueva rutina… se escuchaba complicada, y aún más ya que se estaba quedando dormido, llamando la atención de su líder que terminó de explicar mandándolos a entrenar.

-Tom espera- lo llamó cuando se disponía a ir hacía las pistas- no has dormido nada ¿cierto?

-No mucho- respondió el rubio sin poder evitar sonreír

-Ve a dormir. Pronto te acostumbrarás a los cambios de horario… vuelve cuando despiertes

-Gracias- respondió un poco apenado volviendo directamente a su cama sin poder creer su suerte…Vio a Bill a lo lejos saliendo de uno de los corrales hablando por teléfono… se veía preocupado; pero ya se lo preguntaría más tarde.

El torero insistía al teléfono consciente de que era posible que no respondieran hasta dentro de unas horas, pero era una emergencia… desde que lo vio, supo que algo no andaba bien con Duende, que se resistía a levantarse y a comer como normalmente y más tomando en cuenta que no habían viajado…

-Duende no correrá hoy- dijo específicamente a Gael a quien dejó a cargo del animal- Diles que saquen a los otros y a todos los caballos… ahora voy por espíritu.

Todo su día transcurrió ocupado a la máxima potencia intentando compensar la participación del toro mayor en el espectáculo, lo cual era bastante complicado. Necesitaba la ayuda de todos lo cual al final, resulto bien.

El veterinario venía desde Barcelona a atender a Duende y con suerte, llegaría al anochecer.

Tom regresó renovado a su práctica; mas su suerte estaba a punto de terminarse. Sus tres funciones habían salido espectaculares y esperaba al pelinegro que seguro cumpliría su amenaza cuando una voz conocida le causo un escalofrío al escucharlo llamarle

-Con que en verdad lograste entrar aquí. Sigue siendo lo más importante para ti.

-Gabriel- dijo reconociendo la voz con una expresión de terror en el rostro-tu…

-Nunca escaparás de mí Tom- dijo sonriendo comenzando a acercarse peligrosamente. El patinador solo quería salir corriendo, más las piernas no le respondían- Me amas, aunque trates de negarlo

-No… ¡vete!- respondió trayendo todos esos espantosos recuerdos a su mente, lastimándolo de nuevo como cuchillas afiladas

- ¿Cuándo verás que eres solo mío? No seas idiota

-Yo… ya estoy con alguien- mintió sintiendo como se le llenaban los ojos de lagrimas, que amenazaban con brotar en cualquier momento

- No sabes mentir Tom. Nunca supiste- dijo cada vez más cerca – tu vienes conmigo

-No, por favor…

Entonces, un caballo pasó velozmente entre los dos impidiendo que pudiera tocarlo, y su jinete bajó de un salto interponiéndose

-Aléjate de el- ordenó Bill mirándolo con rencor protegiendo al rubio, que lo miraba sorprendido

- ¿Quién eres Tú?

- Soy su novio- respondió ante la sorpresa del otro- Y no dejaré que le hagas daño- concluyó tomando al patinador de la mano protegiéndolo con su cuerpo del otro…-Lárgate antes de que haga que te saquen a golpes.

El otro hombre se retiró completamente molesto y pensando en su venganza, pero por ahora, no había nada que pudiera hacer

Fue en ese momento cuando Tom no pudo contener más las lágrimas, que caían por su rostro mientras se refugiaba en los brazos del pelinegro, que correspondía al abrazo consolándolo

-Bill…

-¿Qué pasa Tom? ¿Que te hizo?- preguntó obligándolo a mirarle. No iba a dejar las cosas así

Tom permanecía en silencio desviando la mirada. Ahora tendría que explicarle todo a Bill, algo que no quería que supiera.

-No llores…- susurró el torero limpiando sus lagrimas- No tengas miedo… no dejaré que nada te haga daño nunca

Pasaron minutos antes de que el patinador lograra calmarse. No quería imaginar en lo que hubiera pasado de no ser por Bill,  que lo abrazaba intentando tranquilizarlo.

-¿Por qué le dijiste eso?- preguntó separándose de él manteniendo sus manos unidas…

- Para que te creyera. Así no se te acercará de nuevo… o eso espero- contestó mirándolo. Aún estaba alterado por lo que acababa de pasar- Ven conmigo…

- Yo… no tengo ganas de salir, perdóname- dijo recordando que iría a algún lugar con Bill.

- No te voy a dejar solo… solo iremos a los corrales-insistió preocupado

-Yo…

- No hablaremos más de eso si no quieres, pero ven conmigo- suplicó hasta que sin decir palabra, Tom lo siguió absorto en sus pensamientos hasta el lugar de los toros. Enseguida reconoció al muchacho que igual que a el el dia anterior, mantenía vigilado al toro con preocupación desviando su atención al verlos llegar. Gael no pudo evitar notar las manos entrelazadas de ambos comenzando a sentirse incomodo igual que el patinador

-¿Qué tal sigue?- preguntó Bill soltándolo al notarlo, aun cuando era lo que ménos quería. Se arrodillo junto al toro acariciendolo, definitivamente estaba enfermo

-Igual… el doctor no debe tardar

- Yo me hago cargo Gael, puedes irte- dijo el pelinegro y el otro se retiró de inmediato; sonriendo al alejarse… Bill estaba lográndolo

-¿Esta enfermo?- pregunto Tom sin acercarse. La ultima vez que tuvo a ese animal cerca no era de sus mejores experiencias

- En la mañana despertó asi… no se siente bien. Igual que tú- contestó alejándose del toro para sentarse a su lado sobre la paja que hacía de colchón en el lugar.

- Gabriel fue mi… novio hace unos meses- dijo con dificultad después de algunos minutos intentando sobreponerse a esa escena- nada terminó bien

- Entiendo…- susurro el torero sin saber que pensar. Ahora tenía mas posibilidades con el sabiendo que no importaba que fuera hombre y odiando verlo sufrir de esa forma

-Fue espantoso… me arrepiento de haberlo hecho

- Nunca habías salido con un hombre ¿verdad?- preguntó con mayor curiosidad

-No… y no me quedaron ganas de volver a tratar

Sus palabras cayeron a Bill peor que un balde de agua fría.

-No creo que… siempre sea igual- dijo sin aceptar la derrota aun cuando sabía que no podía forzar las cosas. Pero si era necesario, enamoraría a Tom como fuera para mantenerlo a su lado.

-No, pero el error fue mio. Yo fui el que no noto …no notó lo que pasaba, hasta que fue demasiado tarde- dijo con la voz entrecortada, sintiendo el impulso de llorar de nuevo, sin mucho éxito de contenerse

-Te hizo algo ¿cierto?- preguntó Bill mirándolo

La pregunta lo tomo desprevenido. Nunca se lo había contado a nadie, epro con Bill…sentía que debía hacerlo

-Trató… quiso obligarme cuando…no quise acostarme con el

Su voz se cortaba al narrar la traumante escena, soltándose a llorar en algunas partes; mientras Bill escuchaba atento apretando los puños como escape a la rabia que sentía. Si tan solo hubiera estado ahí para protegerlo…

-No llores Tom… no se te volverá a acercar, lo prometo.

- Tenía miedo… no podía…sollozó recargándose en el otro, que de inmediato lo tomó de nuevo entre sus brazos

- Tranquilo… no estabas listo- contestó Bill acariciando su cabello- no lo sentías. No es tu culpa

-Lamento que vieras eso- se disculpó enderezándose limpiándose el rostro- no pudise secuestrarme

-Claro que si. Aquí estás ¿no?

-Al menos, no a donde querías- dijo en medio de un bostezo recordando su incidente de en la mañana

-Vamos, necesitas dormir; porque mañana, no te me escaparás- sonrió el torero levantándose para ayudarlo. El veterinario llegaría pronto y debía estar ahí para el diagnostico

-Esta bien… y gracias-contestó mientras cruzaban la plazahacias su destino, donde las luces aún estaban encendidas.

-¿puedo hacerte una pregunta? No volveré a tocar el ema, lo prometo- pregunto Bill sin poder contenerse

-Dime

-Entonces…¿no volverías a itentarlo con un hombre?- preguntó sorprendiéndolo

-Me juré no volver a hacerlo pero… ya no estoy tan seguro- dijo mientras el rostro del pelinegro se iluminaba- han cambiado muchas cosas en esta semana

-Enronces no es un “no” rotundo…

-Supongo que no- contestó confundido mirando al torero…en verdad ya no estaba tan seguro

-Vengo por ti mañana- se despidió Bill sonriendo

-Espera…- dijo Tom acercándose – Gracias- concluyo abrazandolo antes de irse- Buenas noches

-Descansa…-susurro Bill estático hasta que el patinador desapareció al interior del camper…sin duda no se rendiría… no podía

No hay comentarios:

Publicar un comentario