miércoles, 7 de noviembre de 2012

Torero- capítulo 1 - Múnich, Alemania

TOM KAULITZ
Así decía claramente la lista de elegidos del festival DU LYON  que ahora había llegado a hacer audiciones para patinadores a la ciudad de Múnich, Alemania. Tom era bueno con su patineta, sabía hacer trucos y a menudo era alabado por las personas, pero en realidad no pensó ni un instante que sería escogido para viajar con los atletas calificados del festival; de los mejores del mundo.

Se lo atribuyo a la suerte y claro, no iba a desperdiciar la oportunidad por nada del mundo. Tenía que estar ya en la cede del evento en 10 minutos, así que sobre su amada tabla, fue a toda prisa llegando al ansiado lugar…de inmediato recordó el por que no había dudado en querer ese lugar. Las enormes pistas y rampas parecían llegar al cielo aguardando por el, a que las aplastara con sus trucos y movimientos mientras todos lo observaban, viviendo de hacer exactamente lo que más disfrutaba.

-Tom Kaulitz- dijo su nombre sonriendo a la persona que tomaba los datos y le permitió la entrada, donde los otros 5 participantes elegidos aguardaban ansiosamente la información.

-Bien novatos, mi nombre es Alexander, y a partir de hoy, tienen que impresionarme cada que se suban a esa tabla, ¿quedo claro?- dijo el chico escasamente mayor que el, mirándolos a cada uno. Expresaba un inmenso aire de superioridad, un tanto capaz de intimidar a Tom. Si estaba en ese puesto, debía ser muy bueno para ostentarlo.- Los quiero aquí mañana a las 6 de la mañana con todas sus cosas…a las 7 nos vamos, y no permito retrasos. Ahora váyanse.

El chico se fue entrando a una carpa dejándolos solos esperando que obedecieran sus ordenes. Tom no quiso perder tiempo y patinó hasta el hotel haciendo cuanta pirueta podía, completamente invadido por la emoción de haber sido seleccionado… Había viajado desde su hogar en Leipzig solo para hacer la audición. Había llegado justo en la mañana, y ahora se iría al día siguiente para viajar por toda Europa y quién sabe, tal vez más lejos.

Guardo sus cosas a toda prisa y después de darse un buen baño para calmarse entro a la cama dejando el despertador. Esa noche fue de las mejores de su vida, soñando la multitud que lo vería ahora, las enormes pistas y la cantidad de trucos que haría y aprendería desde ahora empezando por el siguiente día…

En cuanto el despertador sonó ni siquiera puso excusa como lo hacía normalmente, se levanto a toda prisa para asearse y terminar de levantar lo poco que acababa de ocupar… pronto estuvo ahí; 10 minutos antes de lo señalado. Aún era muy temprano, sin embargo en el lugar, todos levantaban carpas y escenarios  llevando las partes a los camiones para partir. Muy probablemente habían trabajado toda la noche para que el más mínimo detalle estuviera listo a la hora.

-Tu también eres patinador ¿cierto?- preguntó un chico más bajo que el, de rizos oscuros y ropa algo ajustada. Decían que así era más fácil hacerlo; pero Tom no estaba dispuesto a cambiar su aspecto que tanto le gustaba, por lo que “a la mala” aprendió a hacerlo aún con ropa 3 tallas más grandes.

-Si ¿Cual es tu nombre?

-Richard; ¿y el tuyo?

-Puedes decirme Tom-contestó sin dejar de maravillarse por todo a su alrededor. Las grandes estructuras ahora eran llevadas para continuar con su recorrido…se veían pesadas.

-¿Acabas de llegar?

-¿Tu no?

-No, llevo aquí un poco más de 3 meses; pero nunca te había visto por aquí. Debes ser bueno para que te escogieran.

-No tanto como yo quisiera creo...

-No, en serio. Cuando Alexander juzga, es difícil que alguien quede. Algo debes haber hecho bien.
El halago le cayó a Tom como anillo al dedo. Estaba acostumbrado a algunos en su ciudad natal, pero este era especial. Casi sentía como su padre se retorcería en su tumba siendo que siempre le había dicho que nunca llegaría a nada por ese camino.

-¡Richard! ¿Que paso con las pistas?- escuchó la voz que el día anterior le había emocionado tanto. Ahí estaba, Alexander.

-Ya están en el camión-contesto el otro mirándolo a los ojos

-¡Ve por las rampas entonces!, que el novato te ayude-indicó dándose la vuelta- llévalo al camper y salgan a revisar todo. Que no quede nada.

-Claro…ven sígueme-contesto Richard obedeciendo las indicaciones…más que un camper era una casa sobre ruedas; una cama ya le esperaba donde solo pudo dejar sus cosas para salir a trabajar. Después de subir algunos tubos de derrape, todo estuvo listo para la partida.

-Solo faltan las lonas y es todo…-dijo Richard intentando subir los repuestos a la caja del tráiler; todo estaba muy lleno ya.

-Yo voy por ellas; solo dime dónde están

- ¿Ves ese pequeño estadio de allá?-dijo señalando una especie de versión en miniatura del nido de pájaro de las olimpiadas de Beijing hecho de madera; o al menos tenía la forma…

-Si…

- Es la plaza de toros; deben estar detrás.

-Ahora vengo

Salió corriendo al ver que la hora se acercaba, y aunque muy probablemente no saldrían a la hora exacta, más valía estar a tiempo. Lo que no entendía era el por que mientras todos se movilizaban para irse, la estructura circular permanecía completa, como si pudiera desarmarse tan rápido, aún así, deberían de estar quitándola ya y subiéndola a alguno de los transportes.

Estaba a punto de rodearla cuando vio que podía simplemente cruzarla, ya que 2 entradas paralelas daban acceso y salida hacia el otro lado.

“Más rápido” pensó entrando para dirigirse al otro extremo…Caminó tranquilamente pensando en que ahora sería más efectivo cuando un sonido estridente lo sorprendió.

Desde un costado, un enorme toro de color negó y cuernos grandes y afilados lo miraba con furia, y al instante, cual bólido arrancó justo hacia donde estaba el.

Se quedo paralizado viendo al animal venir en su dirección con la mente en blanco. El toro pesaba de menos 700 kilos, los suficientes para matarlo sin contar las enormes lanzas de su cabeza con las cuales pensaba embestirlo sin piedad. Pensó en sus padres ahora muertos y su viaje hacía aquel sueño que como pensó, era inalcanzable…

El animal cada vez más cerca aumentaba la velocidad hasta que cerrando los ojos espero el impacto fatal cuando…

-¡No!- escucho un grito cerca de alguna persona que parecía estar a su lado. Abrió a toda prisa los ojos y entonces lo vio.

El toro se desviaba lejos de el mientras justo enfrente, protegiéndolo, un chico alto y de cabello largo y negro lo protegía del animal con una especie de manta color rojo, atrayendo la atención de la bestia.
El chico se movía de lugar atrayendo la atención del toro con el color rojo sangre, y de nuevo haciéndolo pasar frente a ella, lo alejó aun mas de Tom para que no pudiera hacerle daño… Pasaba la manta con gracia absoluta, con una elegancia impresionante sin que el animal ahora más que furico siquiera lo tocara. …
-¡OLE!- dijo haciéndolo entrar de improviso a una jaula cerrada, que se encargo de cerrar bien al instante tan rápido como pudo.

El chico corrió hacía el dejándole verle…facciones finas, movimientos gráciles a cada momento, lo cual lo dejo aún más impactado…había dominado al toro con una destreza impensable impidiendo que esos fueran sus ultimas momentos.

-¿Estas bien?-pregunto con voz suave preocupado por el…estaba recogiendo lo ultimo difícil asegurando una salida exitosa cuando vio la aterradora escena. Uno de los toros había escapado y un chico de restas completamente indefenso estaba paralizado frente a el. Corrió saltando la barrera de seguridad para alejarlo de inmediato; esta vez no como entretenimiento…ahora el pobre estaba paralizado en el piso, esperaba que no se hubiera hecho daño.

-Yo…si-contesto Tom mientras el otro le ayudaba a levantarse…sentía como su corazón latía a mil por hora tal cual si fuera a salir de su pecho.

-No sabía que el toro estaba aquí, lo siento…

-No yo…no debí de haber entrado-se apresuro a decir reprendiéndose a si mismo, pero no tenía modo de saberlo.

-No te había visto por aquí. Mi nombre es Bill…

Bill, ese era su nombre…le quedaba a la perfección. El mismo parecía perfecto.
-Soy Tom…estaba buscando unas lonas

-¿Las de skate? Las dejaron por allá. Quédate aquí, están cerca del transporte do los toros, voy por ellas…
Bill salió rápido por aquellas que con tal de molestarlo, Alexander y sus chicos habían dejado ahí sabiendo que podían meterlo en un problema si algo les pasaba, pero eso no era raro. Entre toreros y patinadores la pelea siempre estaba latente; y ahora el chico nuevo estaba en ese grupo. Aunque esperaba que fuera de los más tranquilos.

-Muchas gracias- dijo Tom en cuanto se las entrego. Ya era tarde y no tenía tiempo de platicar.
-Bueno, terminare de levantar todo esto- dijo Bill mirando su espacio. Era su vida…

-¿Tu solo?

-No es tanto. Solo hay que desmontarlo…-contesto el pelinegro sonriendo. Tenía todo calculado.
-¡Son 15 minutos para las 7:00!- recalco Tom sin comprenderlo ¿Cómo lo haría?

-Lo se, pero solo son paneles de madera. Ahora vienen los muchachos por ellos…debes ir a dejar eso, o se te hará tarde…

-Bueno…gracias otra vez-dijo un tanto apenado por lo sucedido sin poder dejar de mirar a su salvador. Era impresionante.

-Nos vemos en Francia-contesto Bill viéndolo partir con lo que le habían encargado…hora de salir hacía Francia…

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